Poniendo punto final al olvido de Chagas
Brindando atención a la enfermedad de Chagas a una región apartada de Colombia
14 April 2018
Escondidas en las montañas, selvas y praderas de región andina central en Colombia, existen pequeñas y remotas comunidades donde la enfermedad de Chagas cobra un alto precio. Más de 400,000 personas del país viven con este parásito que mata, y más del 25% sufre de enfermedades cardíacas relacionadas a la infección.
La enfermedad de Chagas es más endémica en estas comunidades rurales, donde existen las "vinchucas" o pitos como denominan aquí.
Aunque el gobierno ha logrado controlar la población de pitos, tan sólo del 1% de los pacientes tiene acceso a las pruebas y el tratamiento para la enfermedad de Chagas.
Sin embargo, algo está cambiando en Colombia y empieza en esta región distante.
A pesar de las décadas de conflicto armado y disturbios, Colombia viene avanzando significativamente para garantizarle atención médica a sus ciudadanos. Este es el caso del nuevo proyecto piloto para ampliar el acceso al tratamiento de la enfermedad de Chagas, que nació en 2015 y se desarrolla en cinco municipios de cuatro departamentos del oriente de Colombia. El proyecto abarca los departamentos de Arauca, Casanare, Santander y Boyacá, catalogados como áreas altamente endémicas para la enfermedad de Chagas.
Municipios en el proyecto de acceso en Chagas (Haz clic en las ciudades para más información)
El oriente de Colombia fue profundamente impactado por el conflicto, dado que grupos guerrilleros y paramilitares se instalaron en estas zonas debido a la ubicación en las montañas, cerca de Venezuela y al fácil acceso a otras regiones de Colombia. Ahora que la violencia armada ha disminuido, estas comunidades se enfrentan a otros desafíos, incluyendo la enfermedad de Chagas.
El proyecto piloto, desarrollado por el Ministerio de Salud y Protección Social en asocio con la Iniciativa Medicamentos para Enfermedades Olvidadas (DNDi) y otras organizaciones, plantea un nuevo enfoque centrado en el paciente que:
- Simplifica y acelera el procedimiento de diagnóstico de la enfermedad, a partir de un nuevo procedimiento de pruebas que pueden llevarse a cabo rápidamente en los centros de salud locales
- Brinda tratamiento en centros de atención primaria, los cuales están cerca a los sitios donde viven los pacientes
- Capacita al personal local de salud en las guías más actualizadas de tratamiento para la enfermedad de Chagas.
Aquí están algunas historias del personal de salud y pacientes que participan en el proyecto:
Una familia rodeada por Chagas
La familia Riaño
Yolendi Riaño vive a unas dos horas en carro de la pequeña ciudad de Nunchía, en el departamento de Casanare. Esta área, durante los años 1980 a 1990 fue sede de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y posteriormente ocupada por grupos paramilitares. Actualmente se recupera de años de violencia y desplazamiento interno.
Yolendi, de 29 años, comparte el dormitorio con su esposo, su padre y sus cinco hijos en una casa pequeña, que tiene cocina y un cuarto para guardar granos. Ella descubrió que tenía la enfermedad de Chagas en 2016 durante el embarazo del hijo menor.
El Chagas es extremadamente endémico en la región. Muchos vecinos han padecido la enfermedad, así como dos de sus hijos. Ximena, la mayor de 12 años, tuvo acceso al tratamiento y ahora lleva una vida normal.
Ebaneida en su casa, buscando los pitos
Sin embargo, para Ebaneida, la hija de Yolendi de 10 años, quien también tuvo Chagas, las cosas fueron un poco más complicadas. Ebaneida piensa que un pito la picó e infectó mientras se duchaba. "Sentí un pinchazo y luego me empezó a picar", recuerda. Tuvo inflamación en los ojos, escalofríos, fiebre, y sentía que se le iba a explotar el cuerpo. Después de tres días con estos síntomas, la llevaron al hospital donde fue diagnosticada con Chagas y allí mismo le dieron el tratamiento.
Ebaneida faltó a la escuela durante la enfermedad y el tratamiento y, por esa razón, perdió el año. Yolendi no tiene dinero para llevar a su hija a un pediatra para una consulta de control. Pero a su manera, Ebaneida es ahora es una especialista en Chagas: ella está atenta a la presencia de pitos en su casa, y para eso la revisa de forma periódica, especialmente en los sitios donde sabe que se esconden.
Sin embargo, para Yolendi su pesadilla todavía no termina. Como está ocupada con sus hijos y amamanta al menor, todavía no ha logrado recibir tratamiento. Cuando le contó a su marido que tenía que ir al pueblo por el tratamiento, él no le creyó y supuso que ella quería ir a verse con un amante, que lo estaba engañando. Esta es otra barrera más para Yolendi.
Sin embargo, Yolendi dice que cuando deje de amamantar a su hijo, ella quiere ir a buscar el tratamiento, esta es su esperanza de un futuro mejor.
"Es importante seguir el tratamiento, para estar sana y llevar una vida normal."
El objetivo del proyecto piloto es lograr que el acceso al diagnóstico y tratamiento de la enfermedad de Chagas sea más fácil para familias como la de los Riaño.
Ser parte del cambio
En un pueblo pequeño una bacterióloga lucha contra el Chagas
María Mercedes es bacterióloga en el pequeño pueblo de Támara, una zona rural famosa por la producción de café. Ella es la coordinadora del laboratorio del Centro de Salud de San Miguel desde noviembre de 2016. Su tarea diaria es recibir pacientes y procesar las muestras de sangre para el diagnóstico de algunas enfermedades.
Antes del inicio del proyecto en marzo de 2017, todo era diferente. Los pacientes tenían que ir a la capital del departamento, que queda lejos para realizarse las pruebas, un viaje caro que pocos podían llevar a cabo. Los resultados se demoraban meses.
“Desde marzo todo cambio, se iniciaron capacitaciones. Ya se facilita mucho la vida al paciente, ellos ya se pueden tomar aquí la muestra, y de aquí se envía al hospital de Yopal donde se procesa. Ahora el paciente tiene su cita medica, y ese mismo día puede pasar al laboratorio, y en menos de 15 a 20 días ya el paciente tiene un resultado.”
La calle principal de Támara
Ella agrega que, con el nuevo proyecto, los pacientes reciben tratamiento en el centro de salud. Además, con el apoyo de RedSalud, una importante red privada de atención médica del país, también se ha facilitado el desarrollo de los exámenes paraclínicos para los pacientes de Chagas.
María nació en Recetor, otro municipio del departamento de Casanare, donde también existen los pitos y la enfermedad de Chagas. Y, aunque el proyecto piloto todavía no funciona en Recetor, ella espera que algún día el proyecto se implemente no sólo en todo el Casanare sino también en todo el país.
El camino a seguir para terminar el olvido
Implementando el proyecto de acceso
En el centro de proyecto piloto está el doctor Rafael Herazo, de DNDi, junto con el Secretario de Salud del Departamento. El Dr. Herazo se sumó al proyecto para ayudar a los pacientes olvidados de Chagas. En la actualidad, él viaja regularmente a los municipios para capacitar al personal de salud y verificar que todo funcione sin problemas. Él frecuentemente acompaña las consultas, ayudando a los médicos y pacientes por igual a aclarar dudas y conceptos equivocados sobre la enfermedad.
En cada centro de salud que él visita, el proyecto cuenta con la participación de todos: médicos, personal de salud, coordinadores del laboratorio y técnicos responsables del control de los pitos.
Y esta dedicación, junto con el compromiso y trabajo de las personas de Ministerio de Salud, Secretarías de Salud, y otros aliados como el Instituto Nacional de Salud, ha empezado a dar resultados. En únicamente un año que lleva la implementación del proyecto, se ha aumentado en 1.455% y 1.129% el número de pacientes con acceso al diagnóstico de Chagas en los municipios de Tamara y Nunchía, respectivamente.
Junto con la simplificación de los procesos de diagnóstico y la capacitación de profesionales de salud que se están desarrollando, el proyecto también implementará pronto una estrategia de comunicación que busca fomentar el diagnóstico y tratamiento temprano. Tanto médicos como pacientes tienen una creencia prevalente, ellos creen que el tratamiento no es necesario o que sólo funciona en niños. El plan de comunicaciones ayudará a concientizar a los pacientes sobre la enfermedad, reducir el estigma y miedo, y brindar información sobre las opciones de tratamiento.
El Centro de Salud de Nunchía
Para lograr este objetivo, DNDi establece alianzas con diferentes entidades como la Coalición Chagas, la OPS/OMS, la Fundación Mundo Sano, la industria farmacéutica, el mundo académico, asociaciones de pacientes, organizaciones sin fines de lucro, gobiernos y autoridades sanitarias de países endémicos y no endémicos.
Rafael mira el futuro con esperanza, con la perspectiva de ampliar el proyecto a todo el país y posteriormente a Latinoamérica. El proyecto piloto de Colombia es sólo la primera etapa de un plan regional más amplio a cargo de DNDi y sus socios para ampliar el acceso a la atención médica de los pacientes con Chagas por medio del fortalecimiento de capacidades locales a partir de los esfuerzos gubernamentales de solidificar políticas y ampliar la cobertura de las respuestas en salud pública.